lunes, 6 de febrero de 2017

Cataluña








                                                       CATALUÑA







GASTRONOMÍA
La gastronomía de Cataluña posee una gran tradición culinaria. Sus procesos culinarios ya se describen documentalmente desde el siglo XV. Ofrece una gran variedad de productos tanto del mar como de la montaña y la huerta. Siendo en algunas ocasiones característica la mezcla de ambos como es el caso de los mar i muntaya. La cocina catalana ha aportado toda una serie de platos típicos de la región con guisos de pescado como los suquets o la zarzuela, la escudella(una especie de cocido), la calçotada, y la salvitxada. Es típico de Cataluña el Pa amb tomàquer, pan con tomate que acompaña a muchos platos de carne o embutidos, y con el que se elaboran los bocadillos. Las salsas como el alioli y el romesco son las salsas más características de la cocina catalana.
CULTURA

Una de las manifestaciones más conocidas de la cultura popular catalana son los castellers: el levantamiento de castillos humanos por parte de collas castelleras (peñas) que rivalizan entre ellas. Esta práctica, originaria de las tierras tarraconenses, se extendió por toda Cataluña y en los últimos años ha recibido un gran impulso social gracias a las retransmisiones televisivas y la creación de nuevas collas.

BAILE


La sardana es la danza popular catalana por antonomasia, aunque también son tradicionales el baile de bastones, la moixiganga y la jota de las tierras del Ebro, muy similar a la jota aragonesa.
 
ESCRITORES
Ana María Matute (1926-2014)
Eduardo Mendoza (1943)
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003)
Mercè Rodoreda (1908-1983)
MÚSICOS

Mónica Naranjo
Sergio Dalma
Estopa(grupo)
Antonio Orozco.
 
LENGUA
Es o el catalán o el castellano,pero se habla más el castellano.


ARQUITECTOS

ANTONI GAUDÍ
LLUÍS CLOTET
ESTEVE BONELL
ELÍAS TORRES Y J.A. MARTÍNEZ LA PEÑA
JOSEP LLUÍS MATEO
RAFAEL ARANDA, CARME PIGEM Y RAMON VILALTA
JOSEP LLINÀS
JORDI BADIA
ENRIC MIRALLES
 
TURISMO

El monasterio de Monserrat  
Camp Nou
El templo de la Sagrada Familia


El castillo de Miravet
Las ruinas de Empuréis
Teatro-Museo Dalí
El Monasterio de Poblet
Casa Batlló
Ruta de los pueblos medievales: Pals, Peratallada y Monells
Conjunto arqueológico Tarraco.

PARQUES NATURALES

1 Aiguamolls de l'Empordà

2 Aigüestortes y Estany de Sant Maurici
3 Alt Pirineu
4 Cadí-Moixeró
5 Cap de Creus
* Cabeceras del Ter y del Freser
6 Collserola
7 Delta de l'Ebre
8 Delta del Llobregat
9 Els Ports
10 El Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter 
11 L'Albera
* Mas de Melons i Secans de Lleida
12 Massís del Pedraforca
13 Montseny
14 Montserrat
15 Poblet
16 Sant Llorenç del Munt y L'Obac
17 Serra de Montsant
18 Zona Volcánica de la Garrotxa
DEPORTES
El equipo de fútbol el el Barcelona y el Español,el Barça tiene como campo de fútbol el Camp Nou,y el Español,el Cornellà El Prat.



       

jueves, 2 de febrero de 2017

Porque se nos duermes las extremidades y luego te dan pinchazos.

¿A quién no se le ha dormido alguna vez un brazo o una pierna por estar en una mala postura mucho rato? De repente, dejamos de sentir la extremidad de forma normal y parece como si nos estuvieran dando pequeños pinchazos, que unas hormigas se estuvieran paseando alegremente o, aún más angustioso, que no sintamos la extremidad como propia. Esta sensación tan común recibe el nombre de parestesia. Como casi todas las palabras raras de medicina, procede del latín (y cuando no, del griego, no falla) y significa sensación (estesia) anormal (para). Por derivación de la palabra “estesia” se pueden deducir más términos médicos, por ejemplo, una anestesia significaría una falta de sensación, una hiperestesia, una sensación aumentada, etc.
Estas parestesias, que son normales cuando se deben a posturas donde se presiona mucho tiempo una extremidad, también pueden ser secundarias a alguna enfermedad neurológica o vascular. Por eso, en esta entrada, sólo nos referiremos a las parestesias normales o fisiológicas.
Aunque cuando hablemos de parestesias estamos englobando a hormigueos y adormecimientos, en realidad, ambas sensaciones forman parte de un mismo fenómeno pero en distintas etapas. Están tan íntimamente relacionadas que cuando se siente un hormigueo suele ir acompañado, más tarde, de un adormecimiento. Bien, ahora pongámonos en situación e imaginemos la escena:
Llevamos unas pocas horas durmiendo e, involuntariamente, nos damos la vuelta y apoyamos parte del peso del cuerpo en un brazo mal flexionado para la situación. Es algo muy frecuente, la mayoría de las parestesias fisiológicas ocurren cuando estamos durmiendo.
Durante los primeros minutos, lo que ocurrirá será una compresión de los nervios y los vasos más superficiales de la zona. Tenemos que tener en cuenta que la sensación táctil la tenemos gracias a esos nervios que se están comprimiendo ahora mismo. Al presionar sobre el nervio, los vasos que lo rodean o ambos, estamos produciendo una falta de aporte sanguíneo a la zona, lo que se denomina isquemia. Los nervios suelen ser estructuras que tienen un metabolismo muy elevado. Necesitan mucho oxígeno y nutrientes para poder funcionar y éste no tienen otro remedio que captarlo de la sangre.
Como ahora no reciben el riego sanguíneo que necesitan, la excitabilidad de los nervios se altera y aumenta. Por ponerlo de forma simple y algo tosca, la excitabilidad consistiría en la capacidad de dar una respuesta a partir de un estímulo determinado. Si los nervios del brazo tienen ahora mismo como estímulo la presión que se ejerce sobre él, al alterar la excitabilidad también se alterará la sensación que tengamos. Por eso, pasados aproximadamente 15 minutos, tendremos una sensación táctil fuerte sin ningún estímulo equivalente que la justifique directamente, son los llamados hormigueos.
Si, por alguna razón, durante la fase de hormigueos dejáramos de comprimir la zona del brazo, poco a poco esa sensación iría siendo más débil hasta desaparecer en unos pocos segundos. Pero ese no es nuestro caso, estamos durmiendo como marmotas y la sensación de hormigueos no es lo suficientemente fuerte como para despertarnos, así que seguimos haciendo presión sobre nuestro pobre y poco irrigado brazo.
El tiempo pasa y, conforme el nervio está más tiempo sin aporte sanguíneo, la excitabilidad, que estaba aumentada, ahora va disminuyendo porque ya no está para muchos trotes sin los nutrientes necesarios. En alrededor de 20 minutos, se anula toda sensación táctil menos la dolorosa, lo que llamamos adormecimiento. Pero además de las alteraciones en la sensibilidad, irá apareciendo progresivamente debilidad muscular y, finalmente y a los 30 minutos, la parálisis transitoria del brazo. Depende de la fase en la que nos levantemos y la sensación que tengamos de la zona podremos saber cuánto tiempo más o menos hemos tenido la extremidad bajo presión. Aunque es una estimación que puede variar ya que la presión puede ser mayor o menor y, por consiguiente, la disminución del riego sanguíneo puede ser muy variable. A mayor presión, menor tiempo en el adormecimiento y parálisis del brazo.
Ya han pasado 30 minutos, y tenemos el brazo adormecido y paralizado, si siguiéramos haciendo presión sobre éste durante horas se producirían daños principalmente en los nervios de la zona y, si la cosa dura bastante, muerte (necrosis) del tejido muscular. Y nos ocurriría una cosa similar a House, pero en lugar de quedarnos cojos, nos quedaríamos mancos. Precisamente, esas sensaciones anormales llamadas parestesias son útiles porque nos avisan de que algo no va bien y actuamos descomprimiendo la zona y agitando la extremidad para devolver el riego sanguíneo lo más pronto posible. Así que por muy molestas que nos resulten, son un mecanismo de protección.Bueno, después de una hora con el brazo bajo presión, nos despertamos y entonces nos damos cuenta que no sentimos el brazo y que no podemos moverlo en una determinada zona. Enseguida, dejamos de hacer presión y empezamos a moverlo de un lado a otro masajeando la zona, bien con ayuda del otro brazo o bien con los músculos que no están paralizados del mismo brazo. Al hacer esto, estamos devolviendo el aporte sanguíneo que habíamos quitado por la presión. Es entonces cuando aparecen de nuevo los hormigueos porque vuelve a producirse una hiperexcitabilidad. Depende del tiempo y el grado de presión que hayamos ejercido, tendremos un mayor o menor tiempo de hormigueos. A mayor tiempo y fuerza de presión, mayor tiempo de hormigueos. Aunque lo normal es que duren menos de cinco minutos.

Parestesia